A principios de los ochenta se llevó a cabo en Saint Hilda, Oxford,
un congreso relacionado con el tema de la vida de los docentes al que asistieron algunos
de los investigadores más destacados de América y de Europa. En el libro que
resultó de dicha conferencia, titulado Teachers’ Lives and Careers (La vida y la carrera de los
docentes), Stephen Balle Ivor Goodson (1985) sostenían que la
investigación británica sobre los docentes había pasado por una serie de etapas
contemporáneas durante los últimos cuarenta años. Al inicio de dicho periodo, en 1960: Los profesores no eran
más que siluetas indistintas en el panorama educativo, por lo general conocidos
Un poco más tarde, a finales de los años sesenta y principios de los
setenta, fueron ganando lugar nuevos enfoques capaces de enfrentarlas
limitaciones de los paradigmas anteriores; en la forma en la que los alumnos eran “procesados".
Años ochenta de villanos, los profesores
pasaron a ser ‘víctimas’ en general, y en algunos casos incluso
‘víctimas’ del sistema en el que tenían que operar", “cómo los profesores ven su
trabajo y su vida"
A pesar de las constantes embestidas contra la
mediación de los docentes, investigadores especializados en investigación
cualitativa publicaron recientemente una serie de nuevos estudios que sugieren caminos innovadores e interesantes para llegar a la meta
de entender el conocimiento personal del docente; el profesor se vuelve investigador de su propia
práctica parece liberar al investigador académico de cualquier tipo de responsabilidad
en este proceso
Martin Law (1990) ha publicado artículos convincentes sobre las biografías
en los que explica cómo el trabajo de los docentes se ha reestructurado
rápidamente en Inglaterra y Gales. Bullough, por su parte, ha
empezado a tratar el tema de cómo uno se convierte en docente (Bullough, 1989,
1998; Bullough et al., 1991). MichaelHuberman (1993) le da un matiz social y
psicológico a las historias de vida de los docentes; en su última publicación
ofrece una nueva percepción metodológica que alumbra bajo nueva luz el campo de
estudio.
El hecho de saber más sobre su vida y su trabajo
e integrar esos elementos en las reformas puede ser considerado como el
desarrollo de una nueva relación de “pertenen-cia" para el docente o, en
términos menos sutiles, como “estrategias de desarrollo profesional o de
recursos humanos".
Cada vez más, como hemos visto, las escuelas se tienen
que subordinar a una serie de normas gubernamentales, edictos, pruebas,
currícula, evaluaciones y rendición de cuentas. Es justamente en ese ámbito
donde se vigilan y controlan los espacios para la mediación de los docentes;
justamente ahí donde la voluntad de “clausura" es más evidente y tiene que
ser controlada con el mayor cuidado.
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